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Actitud 42: Eric Pavón
Eric Pavón, estudiante de 42 Málaga, tiene 25 años. Estudió Publicidad y Relaciones Públicas en la universidad. Como buen amante de la creatividad, se especializó en diseño gráfico, creación de contenido, marketing digital, diseño front-end y creatividad publicitaria. Se define como una persona muy curiosa y le gustaría seguir formándose el resto de su vida porque tiene un apetito voraz. De pequeño descubrió un libro que le marcó y que a día de hoy es un fiel reflejo de la persona que es hoy día.

¿Qué te ha traído a 42? ¿Cómo conociste el campus?
Lo conocí a través de una amiga que ya conocía la metodología de otros campus y me comentó que iban a abrir uno en Málaga. Me convenció de qué era lo que hacía a 42 especial y me dijo que creía que yo podía tener el perfil. En un principio no me lo planteé porque estaba todavía especializándome en mi propio campo. Sin embargo, en cuanto me metí un poco en programación, siguiendo esa espinita que se me quedó clavada de pequeño, me picó el gusanillo y pensé que quería saber más.
Es cierto que a mí me apasionan la creatividad y la publicidad. En general, me gustan muchas cosas. Podría trabajar en una librería o en una tienda de té, que trabajaría apasionadamente. Es lo que le digo a mi madre, mientras sea feliz donde esté, me da igual lo que esté haciendo. También me ha venido bien porque durante la pandemia empecé a desarrollar ansiedad social y me daba pánico abrirme a los demás. He hecho mucha terapia pero el estar aquí también me está ayudando a darme cuenta de todo lo que he crecido en dos años. Creo que puedo decir que ahora soy amigo de más de la mitad de mis compañeros/as. Me siento uno más de esta piña enorme.
Y ahora que estás aquí, ¿qué es 42 para ti?
Muchas cosas. Una oportunidad de lanzar mi carrera y de aprender cosas nuevas y un descubrimiento porque no sabía que podía aprender de esta manera. Creía que la programación estaba reservada para quienes saben de matemáticas. Soy una persona muy curiosa y espero poder estar aprendiendo toda mi vida, sea lo que sea.
Recuerdo un cuento que me gustaba mucho de pequeño que trataba sobre una niña que siempre tenía hambre, daba igual lo que comiera. Los padres estaban súper preocupados pero descubrieron una biblioteca donde los libros no se terminaban y ella encontró allí su satisfacción. Yo me considero esa niña, necesito estar en un lugar donde haya libros infinitos que pueda comer y comer, y eso para mí es 42.
Si tuvieras que definir 42 en una palabra, ¿qué dirías?
Es único. Hay muchas oportunidades en la vida pero como 42 solo hay una. Tu piscina es única, tus experiencias son únicas, tus compañeros/as también lo son, así que 42 es único.
¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje en este tiempo en 42?
Quizás diría el cómo es que personas tan distintas, a veces de idiomas o nacionalidades diferentes, podamos acabar trabajando tan bien en equipo y aprender entre pares apoyándonos, tanto quienes saben más como quienes saben menos, porque todos aprendemos de todos y de todas.
Además de programar, ¿qué otras cosas has aprendido? No solo respecto a código sino relacionado con valores, forma de trabajo, etc.
Estoy aprendiendo a practicar yoga junto a los compañeros y compañeras. También he aprendido sobre alimentación porque me gusta cocinar y a otras personas también les gusta, así que intercambiamos recetas. He conocido a gente de otras culturas porque tenemos compañeros que vienen de Rusia. He aprendido otros puntos de vista a raíz de las conversaciones que nos van surgiendo. 42 es un lugar donde poder compartirlas sin sentirte juzgado por ello. Es un lugar muy libre de pensamiento.
¿Has pensado en tirar la toalla en algún momento? Si lo has hecho, ¿qué o quién te ha borrado esa idea de la cabeza?
No, no lo he hecho. Desde el principio me he sentido muy en mi salsa y siempre he ido con el chip de “si tienes algún problema, háblalo con tus compañeros/as”. Es esa sensación de grupo lo que hace que te sientas cómodo aquí. Las relaciones sociales son un pilar fundamental para estar bien en 42.
Si que ha habido compañeros/as que, aunque no han querido tirar la toalla, sí se plantearon seguir con los retos que planteaba la piscina. Pero se relajaban cuando hablaban con otras personas. Les animabas diciendo que lo sigan intentando hasta donde puedan y que, si no entran al cursus, al menos les quedará la satisfacción de haber vivido y aprendido en la piscina. A partir de ahí lo veían de otra manera, se apoyaban en ti y confiaban en el grupo. Es muy bonito de ver.
¿Qué haces para manejar la frustración?
Como llevo tanto tiempo estudiando, la frustración y yo ya somos amigos. Lo llevo bien. Algunos años atrás me frustraba más pero descubrí que exteriorizar mis miedos y preocupaciones era una forma de quitarles peso. Es decir, un problema cuando no hablas de él parece muy grande pero cuando lo exteriorizas ves lo ridículo que es. Cuando lo comentas con otros compañeros/as ves que están igual que tú y te das cuenta de que no eres el único. Compartir y apoyarme en los demás es lo que me ayuda.
Si tienes experiencia previa en otros campus o formaciones de programación o tecnología, ¿puedes contarnos qué hace distinta la experiencia 42 a cualquier otra?
De digital he hecho bastante pero dedicado a la parte de comunicación, al otro lado de la pantalla. Aquí estamos estudiando lo que hay dentro de las pantallas, por decirlo así, y yo he estudiado la parte de fuera. Yo creo que es un paso previo muy importante para que algo como esto te interese, el conocer lo que puedes hacer con ello. Y a mí me llamó la atención de pequeño la parte más visual y empecé por ahí, por los colorines.
Cuéntanos una curiosidad sobre ti y algo inconfesable… 😉
Me gusta la papiroflexia, especialmente el origami porque son más rebuscados. Ahora mismo mi proyecto es hacer un ajedrez de papel. Lo estoy haciendo pieza por pieza, incluso el tablero también va a ser de papel. De hecho la papiroflexia me ayuda mucho a gestionar el estrés cuando me siento muy abrumado, por lo que a veces me digo “párate una hora y media y haz cosas de papel”. El ver la transformación tangible de tu esfuerzo te ayuda a relajarte. De hecho, me he traído un pez globo que tiene sorpresa. Me ayuda mucho a gestionar el estrés y sentirme bien conmigo mismo.
Algo inconfesable… Soy una persona muy honesta y transparente, no tengo nada inconfesable.
Si tuvieses que recomendarle a alguien que se lance a la piscina, ¿cómo lo harías o qué le dirías?
Lo haría como mi amiga hizo conmigo. Le hablaría más bien de cómo es la experiencia, que independientemente de que entres o no al cursus, la piscina va a ser una experiencia que te marque de alguna manera. Me centraría en explicar lo feliz que eres estando aquí. Aunque puedas llegar a pensar que la programación no es para ti, según van pasando los días, ya que estás aquí, disfrútalo y quédate con la parte buena, como un campamento de verano.
No es todo dedicarte a la programación, también tienes que cuidar la parte social, que es fundamental. La piscina son las dos partes. Porque no puedes ser el programador estereotipado que está en una habitación sin hablar con nadie más. Tienes que estar en el mundo real, que está lleno de personas. Y 42 te prepara para el mundo real.