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Actitud 42: Marta Jiménez

Marta tiene 27 años, es de Málaga y, hasta ahora, se especializó en el campo de las letras y humanidades. De profesión es periodista, pero continuó desarrollando su perfil hacia los derechos humanos y la educación. Comenzó a explorar el uso de la tecnología para la paz y se dió cuenta de que lo que le fascinaba era el diseño de experiencias de aprendizaje y la Inteligencia Artificial. ¡Y ahora se sumerge en 42 Málaga Fundación Telefónica!

Marta Jimenez Actitud 42 Campus Malaga Fundacion Telefonica

¿Qué te ha traído a 42? ¿Cómo nos conociste?

Descubrí 42 a través de la prensa cuando abrió el campus de Madrid y me pareció alucinante. Cuando se abrió aquí en Málaga tuve la idea de probarlo, a ver si podía servirme para explorar otras opciones laboralmente, dentro de mis intereses y en un ambiente interdisciplinar.

Tu primera experiencia en 42 Málaga Fundación Telefónica fue la Piscine Discovery Web, ¿cómo fue?

¡Genial! Gracias a esa experiencia decidí lanzarme a la Piscina. Lo que trabajamos en aquel entonces fue Desarrollo Web y la verdad que la propia metodología es sorprendente, en los 5 días que duró la PDW me pareció un método innovador y muy eficaz, ya que se aprende con una intensidad y un ritmo infinitamente mayor al que podrías acceder a través de, por ejemplo, la educación tradicional o de forma autodidacta.

¿Por qué te lanzaste a la Piscina?

Pues precisamente quería desarrollar esa parte de pensamiento computacional que al final creo que todas las personas vamos a tener que trabajar y desarrollar en esta 4º Revolución Industrial en la que estamos. Porque al final la tecnología va a ser algo transversal a todas las profesiones y, en concreto, me pareció buenísima oportunidad para poder desarrollarme en ese enfoque multidisciplinar entre comunicación, tecnología y aprendizaje.

También es una oportunidad magnífica para abrirte puertas incluso a profesiones que no sabías que existían o que no lo hacían hace unos años. Por ejemplo, me interesa muchísimo el diseño conversacional, que es básicamente la parte del lenguaje de las interfaces conversacionales con IA. Y lo que me gustaría es poder fusionar el diseño de experiencias de aprendizaje y la IA conversacional. Al final, estos dos campos llegará un momento en que converjan y quiero estar preparada para ello.

¿Cómo está siendo esta aventura en 42 Málaga Fundación Telefónica para ti?

Para mí se ha convertido en una experiencia que no voy a olvidar nunca, no solo por todo lo que estoy aprendiendo que jamás habría pensado que sería capaz de aprender, sino por todos los contactos y amistades que haces, porque nunca se sabe si en el futuro terminarás desarrollando proyectos con las personas que vas conociendo, por ejemplo. Y luego, a mí personalmente, me parece una oportunidad para ampliar los límites que pensabas que podías tener.

Me está ayudando a abrir la mente a nuevas oportunidades, a nuevas profesiones, a enfoques que ni siquiera había considerado antes, todo ese pensamiento computacional que no había tenido la oportunidad de trabajar… Aquí, con el apoyo de mis pares poco a poco estoy ganando confianza en mí misma, me veo capaz de adentrarme en estos sectores del mundo tecnológico.

Si tuvieras que definir 42 en una sola palabra, ¿cuál sería?

La primera que me ha venido a la cabeza es “metamorfosis”, porque creo que es una experiencia transformadora, sobre todo para quienes no venimos de ninguna formación previa en programación. Y, al menos, por lo que noto en las demás personas y en mí misma, está ayudando a nuestro desarrollo en todos los sentidos, no solo a nivel técnico, sino también en esas habilidades interpersonales que son necesarias para cualquier tipo de empleo.

Por eso creo que más allá de lo que podamos aprender, la experiencia en 42 es transformadora en sí misma. Todo lo que aprendemos, todas las personas con las que tenemos el placer de trabajar… todo eso suma y nos hace avanzar.

En el tiempo que has estado en 42, ¿cuál ha sido tu mayor aprendizaje?

Lo que más me ha aportado creo que ha sido la capacidad de tolerar la frustración y no compararme con otras personas. Aquí al final cada cual lleva un ritmo de aprendizaje distinto, aunque más o menos vayamos avanzando por igual. Creo que la primera semana de Piscina fue cuando más nos costó adaptarnos a la forma de aprendizaje, pero en cuanto ya comienzas a ver que lo que hace tan solo unos días (que te parecía imposible) ahora lo puedes hacer casi de forma automática, comienzas a avanzar con una mentalidad distinta. Te hace ver que los retos que vas encontrándote en la vida pueden ser resueltos, si no por tu cuenta, con la colaboración entre pares.

Obviamente, mi mayor aprendizaje está siendo esa parte técnica, de venir del campo de las humanidades y ciencias sociales, a desarrollar ese pensamiento computacional. Al mismo tiempo, lo que más he aprendido es esa tolerancia a la frustración y saber pedir ayuda a quienes te rodean, que no te dé vergüenza y también intentar tú ayudar a tu entorno, porque incluso cuando no creas poder aportar nada siempre hay alguna forma en la que puedes colaborar y devolver lo que a ti te han ofrecido.

¿Y tú qué sientes que aportas a tus pares? 

Intento aportar sobre todo ese enfoque interdisciplinar de poder moverme de las ciencias a las letras, y al final lo acabo enfocando todo hacia una visión más global.

También cuando no puedo aportar algo a nivel técnico, por lo menos intento aportar mi optimismo. Noam Chomsky, por ejemplo, dijo que el optimismo es una estrategia para un futuro mejor, porque a menos que creas que el futuro va a ser mejor, es poco probable que aceptemos el reto de construirlo. Pues entonces al menos intento aportar esa actitud optimista de seguir trabajando, seguir aprendiendo, de no tirar la toalla cuando nos encontramos ante un problema, de que todas las personas podamos sentir que aportamos algo.

¿Y qué puede aportarte 42?

Lo que me está aportando es una oportunidad que jamás habría pensado que tendría, porque al final aquí no te piden ningún tipo de formación ni ningún tipo de condición, sólo que tengas más de 18 años y la actitud necesaria para aprender, para poder trabajar con esta metodología. Si no fuese por el Campus 42 Málaga Fundación Telefónica, yo no podría desarrollar ese pensamiento más técnico que al final es necesario para este sector.

Y para mí entrar en el campus ha sido una oportunidad justo en el momento que lo necesitaba.

¿Has pensado en tirar la toalla en algún momento? Y de ser así, ¿qué o quién te lo ha quitado de la cabeza?

La verdad es que no. Sobre todo la primera semana para mí fue la más dura, por todo el cambio que supone de repente intentar programar en un lenguaje que no conocías para nada y es verdad que me dio un poco de bajón por esa sensación de ver que la situación me superaba un poco, pero nada, al final gracias al apoyo de mis peers, de su ayuda, vas viendo que se puede ¡y no pienso tirar la toalla!

Si tuvieras que recomendarle a alguien que se lanzase a la piscina, ¿qué le dirías?

Le diría que lo haga, sin dudarlo. 

Lógicamente da miedo porque además sabemos que esto es duro, pero al final lo que se va a encontrar aquí es un ambiente increíble, gente que te respeta, que te ayuda y va a ser muy amable y colaborativa. 

Además, al final la programación va a ser algo que vamos a tener que aprender, al igual que mi generación estudiaba inglés desde el colegio. Es algo que cualquiera puede hacer con el esfuerzo y dedicación necesaria. Que lo pruebe, porque la metodología de aquí es algo que seguro no ha probado antes.