ActualidadCampus 42

Actitud 42: Salvador Chicón y José Luis Granda

José Luis y Salvador son abuelo y nieto de la provincia de Málaga. José Luis descubrió 42 Málaga y lo que este proyecto podía aportar a su nieto que, a sus casi 18 años, estaba buscando una formación que encajase con su modo de aprender. Salvador sentía que los modelos de educación tradicionales no se ajustaban a lo que él buscaba.

¿Qué os ha traído a 42? ¿Cómo conocisteis 42?

José Luis: tuve la oportunidad de ver en un programa de televisión en la 2 que hablaba de 42, no recuerdo si de Madrid o de Málaga, y a partir de ahí comencé a mirar por internet qué era eso de 42. Se lo transmití a mi nieto y bueno, ahí empezó un poco la aventura. Quedamos, hicimos el Open Day, a mí me pareció genial, a él también, que en definitiva es de lo que se trata. Yo vine realmente a enseñarle esto a mi nieto, esta oportunidad, que creo que es una gran oportunidad, y al final, no sé de qué manera, me encuentro embarcado aquí. Estoy aquí para que él continúe y un poco para darle apoyo.

Y ahora que estáis aquí, ¿en qué se ha convertido 42 para vosotros?

Salvador: para mí se ha convertido en parte de mi rutina, en un proyecto tanto personal como de grupo. A mí me transmite un sentimiento como de “quiero entrar”, “quiero esforzarme”, “quiero progresar y continuar aprendiendo”, aprovechar la comunidad de 42… Eso es ahora para mí.

José Luis: yo en principio no sabía dónde me metía y la verdad que no tenía ni la más remota idea de lo que era programar, lo único que he hecho con un ordenador ha sido un pequeño programa de gestión en mi antigua empresa y ya está. A partir de ahí, me he encontrado con este proyecto, que la verdad siento que me ha venido un poco grande, pero he sacado algo positivo: no tenía ni idea, sigo sin tener demasiada idea, pero estoy mucho más orientado.

Y hay algo que sí quiero hacer constar, y es lo que me he encontrado aquí. He encontrado una cantidad de gente que no conocía de nada, con una diferencia de edad tremenda y, sin embargo, me han tratado como si fuera uno más de todo el grupo; cosa que agradezco, porque al principio tenía mis dudas, pero muy bien. He visto una juventud genial y brillante, o sea… esto es para ellos.

Si tuvieras que definir 42 en una sola palabra, ¿cuál sería?

José Luis: Futuro. Porque creo que estamos en el rumbo que nos va a llevar indudablemente al futuro, y el futuro está en estas máquinas tan maravillosas.

Salvador: Para mí es una pregunta complicada, no sé qué palabra usaría para definir 42… ¡Innovación! Porque rompe con todos los esquemas del sistema tradicional, que a mí personalmente no me gusta, no lo sé aprovechar.

José Luis: Bueno, hay que decir que él tiene déficit de atención y es hiperactivo, y estar en 42 parece que lo ha ayudado a centrarse un poquito. A mí me ha dado una satisfacción enorme ver cómo se ha organizado, de no tener un horario, unas expectativas… ahora se levanta por la mañana, en fin, ahora tiene una vida que yo entiendo que es muchísimo más normal. Yo con esto ya he ganado muchísimo y creo que él también.

Salvador: Algo me ha ayudado, la verdad, no sólo a adquirir habilidades de programación y a resolver problemas, también a organizarme un poquito y tener una rutina

Sois abuelo y nieto, ¿cómo está siendo vivir la experiencia juntos?

Salvador: La verdad que es muy chulo, a mí me gusta.

José Luis: Yo me alegro de que sea así y si he podido aportar algo a esto, encantado. Para mí sería un orgullo, dentro de 3, 4, 5 años, verle perfectamente formado.

Y en tu caso, Salvador, estás también disfrutando de una beca de alojamiento en la Noria, ¿cómo está siendo para ti?

Salvador: Nos tratan genial. La verdad que se está muy bien, sinceramente.

Además, compartir el espacio con otras personas que están haciendo la piscina está chulo porque te ayuda a mantenerte en el ambiente.

En el tiempo que habéis estado en 42, ¿cuál ha sido vuestro mayor aprendizaje?

Salvador: Pues… El de aprender a resolver problemas, a saber preguntar y dar con la persona que puede ayudarte. Y a buscar soluciones en vez de quedarme parado cuando me encuentro con algo que no sé hacer. Esas son las cosas que he visto.

José Luis: Y yo he visto, y me he aprovechado de ello, de que todas las personas que estamos en la piscina nos ayudamos muchísimo, yo no estaría donde estoy ahora mismo si no fuera por el apoyo, la colaboración y el interés que han puesto en echarme un capote. Entonces, lo que he avanzado para mí es muchísimo, de no saber nada a saber moverme… Pues no sé, esto puedo compararlo con cuando era un crío sacarme el carnet de conducir. Consigues sacarte el carnet de conducir y sabes conducir, ¿pero qué ocurre? Que sabes conducir pero te colocan una L detrás, estás en un proceso de aprendizaje, y yo estoy con la L. ¡Ojalá me la quiten algún día! Jajaja…

¿Os habéis sorprendido a vosotros mismos sobre lo que sois capaces de lograr?

Salvador: Sí. Yo no sabía que iba a llegar a aprender cómo hacer un programa yo mismo, porque a mí me costaba, la verdad. Intenté hacer un programa con Java por mi cuenta, pero no me salía, y ahora pues sí, estoy aprendiendo muchas cosas.

José Luis: Yo, desde que sabía que iba a entrar en la piscina, me dió por mirar en Internet y bueno, me metí en Visual Code Studio, pensando que esto iba a ser C++… Y mira, un lío enorme, no sabía por dónde empezar.

Salvador: A mí me llamaba y me decía “esto no me compila, Salva”… Y yo no tenía ni idea, si es que no sabía cómo arreglarlo.

José Luis: En fin, que he sufrido con el código mucho antes y… estoy sufriendo muchísimo después, jajaja. Pero estoy muy contento, francamente contento. Hemos llegado hasta aquí, que nos falta dos o tres días para terminar la Piscina, y para mí es una gratificación haber logrado llegar hasta este punto y avanzar todo lo que he avanzado que no es mucho, es muchísimo.

¿Qué os ha enseñado estar en un ambiente tan diverso como este?

Salvador: Pues yo he aprendido que personas de diferente pensamiento, edad, con circunstancias distintas, si colaboran juntas pueden sacar los proyectos adelante y pueden hacer frente a todas las cosas y problemas. Además, en el código hay miles de soluciones, está chulísimo, porque cada persona está más predispuesta a resolver los problemas de una manera u otra.

José Luis: Yo me he encontrado con gente muy distinta, con gente con carreras universitarias, con gente que ha tirado por otros derroteros, y al final se han metido en esto porque ven aquí el futuro. Y bien, hay gente que sabe muy poco, gente que sabe muchísimo, y la mezcla de todos nosotros la verdad que hemos estado muy hermanados, porque esto une, verdaderamente une.

¿Tenéis experiencia previa en otras formaciones de tecnología?

Salvador: Sí, hice una FP de grado medio, pero no considero que sea mucho, hice el primer año. Y mi abuelo tampoco tiene experiencia en formaciones de tecnología, ha estado toda la vida trabajando con carne.

José Luis: ¡Yo de cortar filetes, a cortar ordenadores ahora! Pero 42 es muy interesante, es una forma distinta de aprender, no hay profesores, no hay competencia ni venimos a competir, venimos a prepararnos en tecnología y evidentemente ayudarnos. Yo no tengo palabras para agradecer lo que me han ayudado mis compañeros y compañeras en este recorrido, no estaría aquí si no fuera por ellos. Empecé esta aventura sin saber nada.

¿Cómo os ha beneficiado la metodología de 42 en comparación con la educación más “tradicional”?

Salvador: A mí lo que me gusta es que no tienes un procedimiento que te dice cómo tienes que hacer las cosas; no, no, aquí te puedes organizar a tu manera, colaborar con quien quieras… Me ha gustado en general porque da más libertad y yo soy una persona muy nerviosa, me viene muy bien. A veces echo un poco de menos tiempo en las máquinas porque estoy despejando la cabeza y cuando lo hago rindo muchísimo, porque echar horas a lo burro como se hace en el sistema tradicional… no, no me gusta, eso no es lo mío.

¿Habéis pensado en tirar la toalla en algún momento? De ser así, ¿qué o quién os lo ha quitado de la cabeza?

Salvador: Nunca, no voy a desaprovechar esta oportunidad, a mí me ha gustado mucho. Él sí pensó en abandonar, pero yo le he dicho que no lo haga.

José Luis: Al final me quité la idea de abandonar yo mismo. O sea, durante las horas de sueño te despiertas y te das cuenta de que puedes empezar otra vez y dices: “bueno, pero yo aquí no tengo nada que perder, sólo tengo mucho que ganar”. Y al día siguiente, a empezar de nuevo. Ahora, ¿ocasiones en las que pensé tirar la toalla? Permanentemente. Yo venía a la piscina con una toalla muy grande y un flotador enorme para intentar mantenerme a flote. 

Cuéntanos una curiosidad sobre ti o algo inconfesable.

José Luis: Yo… no se puede llamar curiosidad, pero por llamarlo de alguna manera, me encanta jugar al mus, cosas de señores mayores, jajaja.

Salvador: Pues yo no sé qué decir, me gusta hacer deporte y salir con mis amigos.

¿Qué os gustaría ver cumplido cuando finalice la piscina?

José Luis: Yo lo tengo clarísimo, haber cumplido mi objetivo: que mi nieto me vea con el cordón negro y ser estudiante de 42 Málaga.

Salvador: Pues a mí… lo que ha dicho mi abuelo, me gustaría estar con el cordón negro y estudiar aquí con la comunidad. Me encantaría estar con mis compañeros y compañeras de la piscina, estar aquí, hacer planes, hacer cosas guays… y aprender un montón.

Si la tuvierais que recomendar, ¿qué le diríais?

José Luis: Esto hay que vivirlo, tienes que venir y vivirlo.

Salvador: Pues sí. Hasta que no vengas aquí, no imagines cosas, porque, por ejemplo, a mi tío le decimos: “métete, métete…”. Y él responde “no… eso no me gusta a mí”. ¡Pero si no lo has probado! Cuando lo pruebes te va a gustar la metodología, hazme caso.