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Actitud 42: Yara Diamantino

Yara cambió el mundo de la Economía y el audiovisual por la programación con 42 Málaga Fundación Telefónica. Le gusta descubrir nuevos retos y, a través de la piscina y de su metodología, está conociendo a personas con las que no sólo aprende, sino que también están exprimiendo al máximo su experiencia 42.

Cuéntanos un poco sobre ti.

Me llamo Yara Diamantino Salinas, tengo 31 años, nací en Bolivia y vine a España muy pequeña, prácticamente me he criado aquí. Estudié la carrera de Económicas, la cual terminé hace casi diez años y, posteriormente, empecé en el mundo laboral en este gremio.

He dado muchas vueltas, pero siempre tuve claro que me gustaba mucho el mundo tecnológico y audiovisual, como la fotografía o el video. Estudié Economía por las expectativas culturales porque en mi país siempre se habla de que una carrera es sinónimo de algo importante y que es el camino que debemos de seguir; por eso, hice la carrera muy convencida, pero realmente no sentía que fuese mi vocación ni algo que me apasionara. Al tiempo, vi que no era algo que yo quería hacer.

¿Qué te ha traído a 42 y cómo nos conociste?

Mi relación con 42 empieza con un curso que hice aquí en el edificio del Polo Digital de Contenidos Digitales, donde estáis ubicados, de Dirección de Cine y Video Corporativo, justo en el momento en el que se estaba haciendo la obra para 42 Málaga Fundación Telefónica.

Me quedé con la idea de, ¿qué van a hacer en el Polo? ¿qué va a ser este proyecto? Y, cuando lo supe, me planteé esa gran pregunta de… ¿qué quiero para mí? Porque, independientemente de la edad y de que muchas veces se habla de que por ser una mujer o por la edad, empezar de cero es como un estigma social, dije, “quiero tirarme a algo nuevo, reinventarme y no tener el miedo del cambio”.

Entonces, lo que me trajo a 42 Málaga Fundación Telefónica fue la curiosidad que tenía del proyecto. Todo lo que vi del background de la gente que estuvo aquí o vivió la experiencia; hablaban cosas muy buenas como que no solo es aprender a programar o estar delante del ordenador, es la metodología y la unión que creas con los compañeros.

¿En qué se ha convertido 42 para ti?

A los pocos días, ya éramos una súper piña. Primero hice la Piscine Discovery Web y luego me lancé a la piscina.

Para mi 42 Málaga Fundación Telefónica es compañerismo. Soy una persona sociable, abierta, me encanta conocer gente, y ésto me ha hecho potenciar aquellas aptitudes o soft skills que vamos perdiendo con los años. No todo el mundo tiene la capacidad de comunicarse o entablar amistad o relaciones tan fácilmente, cuando somos pequeños, es tan sencillo como ir al parque y tienes 50 amigos, pero conforme vamos creciendo, dejamos de lado la vergüenza y aquí pues potenciamos eso al 1000%, porque sí o sí para avanzar tienes que apoyarte en el compañero. Entonces, para mí somos lo que somos gracias al conjunto y sentirte apoyado por el resto,

¿Y qué te llevas de la experiencia?

De esta experiencia ya me estoy llevando el saber trabajar de otra manera, no focalizarse en estar solo, sacar adelante los proyectos y cerrarse en banda porque realmente la experiencia es saber trabajar en equipo. Todo lo que no sabes o todo lo que no puedes encontrar a veces en Internet, viene alguien y te lo explica en un minuto de forma tan sencilla y dices… “wow”.

¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje hasta el momento?

Mi mayor aprendizaje es que cada persona te aporta algo diferente y que eso nos enriquece muchísimo. Es decir, cada persona es especial, única y tiene algo que aportarte, ya sea en aptitudes, en actitud… pienso que eso nos da entre nosotros más valor como personas, nos enriquecemos del resto.

¿Qué dirías que diferencia 42 Málaga Fundación Telefónica de las formaciones tradicionales?

Voy a hablar de dos aspectos que para mi son importantes. Partimos con un hándicap que son las instalaciones y el equipo que tenemos. Pienso que no podríamos acceder a una formación así en ningún otro lugar. Contamos con equipos de alta tecnología que son una pasada, tenemos esa ventaja desde el principio. Y lo segundo es la metodología tan libre que a la vez nos permite ser nosotros mismos. Vienes y le dedicas el tiempo que tu necesites o que quieres. Llegas con una idea en la cabeza de “voy a estar hasta las 18:00h”, pero ves que son las 21:00h y sigues aquí. Es lo que tu quieras dar, al final te das cuenta de que puedes dar más de lo que crees. Descubres cosas de ti que en principio pensabas que no estaban, esas ganas y esa fuerza para querer conseguirlo y llegar hasta el final.

¿Recomendarías la piscina?

Si, totalmente. Estoy encantadísima y, cada día, es un subidón completo.